Si sabes esper­ar y a tu afán pon­er brida
O blan­co de men­ti­ras esgrim­ir la ver­dad
O sien­do odi­a­do, al odio no le das cabida
y ni ensalzas tu juicio ni osten­tas tu bon­dad

[…]

Y si puedes llenar el pre­ciso minuto
en sesen­ta segun­dos de un esfuer­zo supremo
tuya es la tier­ra y todo lo que en ella habita
y lo que es más, serás hom­bre, hijo mío

Frag­men­to del poe­ma Serás un hom­bre, hijo mío, de Rud­yard Kipling.